jueves, 12 de enero de 2012

"Seulette suy et seulette vueil estr"

"Solita estoy y solita quiero estar" Dijo la atrevidísima Cristina de Pisa en el siglo XV.
Gracias a muchas de sus poesías, se le considera la primer mujer que usó la pluma para reclamar los roles que las mujeres teníamos que jugar.

Libérense.


Hoy, siglos después, esta mujer podría ver cómo las damas hemos avanzado en el reclamo de derechos.
Si hemos tenido más reconocimiento básicamente se debe a que nosotras nos hemos ido reconociendo primero.

¿Por qué quiero hablar de ésto? No soy feminista, y contrario a lo que algunos de mis lectores (varones supongo), me han hecho saber a través de correos electrónicos: no, este blog no está dedicado a la Misandria.

Yo no odio a los hombres, los amo.
 A las que aveces no quiero tanto es a las mismas mujeres.

No puedo entender por qué, habiendo alcanzado tantos peldaños en la escalera social, nos empeñamos en regresarnos unos cuantos pasos.
De nuevo, no soy feminista. Soy la amante de los estudios de género. Aborrezco la idea de que debido a nuestra vagina o pene, se nos adscriban un catálogo de conductas que la sociedad espera que cumplamos.
Ni la mujer tiene que dar a luz (como si un ser humano no alumbrara por sí solo lo suficiente); ni el hombre tiene que mantener a una familia (ni que fuera el Atlas mitológico, sosteniendo al mundo en calzones).

Pero de verdad, a veces no puedo comprender, como las mujeres más sabias que he conocido, tuercen sus brazos y contonean sus caderas cada vez que un hombre dice: "si te quiero, pero te quiero aquí".
Ojo, a mí me ha pasado, por eso puedo hablar de ello. Sólo basta mirar atrás (para mí) y veo cosas que no quiero repetir.

Las mujeres de mi generación y nacionalidad, nacimos en un país donde el derecho al voto femenino ya era historia, aunque se hubiese publicado en el diario Oficial de la Federación apenas en el años 1953.
Nuestras madres ya tenían credenciales para votar, aunque sin fotografía. Y ejercían ese derecho. Aunque también ejercían el sartén en la mano derecha y los biberones por la izquierda.
No parece que mucho haya cambiado.
Aunque es verdad que cada vez hay más mujeres matriculadas en las Universidades, también es verdad que no todas terminan ejerciendo.

En México y en el mundo, las mujeres somos el único grupo mayoritario que sigue siendo tratado como una minoría. ¡Vaya paradoja!

Y no sólo eso, en el país, durante las últimas elecciones Federales (diputados), las mujeres fuimos quienes más participación tuvimos (51.8% contra 48.2% de hombres), y proporcionalmente, no se aprobaron leyes que demostraran nuestras exigencias. Otra paradoja.

Lo que me llevó a escribir este post fue mi eterno amor a sintonizar estaciones de radio en frecuencia de amplitud modulada, A.K.A "am".
La mayoría de los programas donde la dulce voz de una mujer se escucha hablan de lo mismo:
Cómo hacer para que el hombre que te gusta, te quiera.
Cómo hacer para que no se rose tu bebé.
Cómo hacer para que las arrugas no aparezcan antes de los 30.
Cómo saber si tu esposo/novio te engaña.
Cómo reconquistarlo.
Cómo preparar una comida que vaya directo al estómago de tu amado.
Qué mascarillas son mejores para aparentar menor edad.
En qué se fijan primero los hombres.
Cómo mantenerte delgada para ellos.
Qué decirle a tus hijos para que se coman el brócoli.
Qué químico es el mejor para sacar las manchas.
Cómo descifrar el lenguaje corporal de los hombres.
Cómo seducirlo en la cama.
Cómo alcanzar (por tí misma) el orgasmo.
Cómo descubrir a un "Don Juan".
Cómo maquillarte para que caiga rendido a tus pies.
Qué detergente deja la ropa más suave.
Etc, etc, etc....

A decir verdad, estoy harta.
¿De verdad sólo nos interesa el juego de la seducción y maternidad?, ¿sentirnos queridas y aceptadas por el hombre?. ¿Nuestra meta en la vida es realmente lucir más jóvenes de lo que somos, y llenar a nuestras "amigas" de envidia; tanto así que no compartiríamos el secreto con ellas?
¿De verdad?
¿Eso es lo que queremos, really?
Porque sinceramente yo quiero más.
I'm not cool and you hate me.

Así como Cristina, solita estoy y solita quiero estar. Digo, si tengo un compañero sentimental a quien amo y admiro muchísimo, pero no necesito que él me haga saber que soy especial para sentirme así. No estoy con él porque él me haga sentir bien, sino que gracias a que me siento bien puedo estar con otro ser humano sin querer matarlo.

Escucho los programas dirigidos a hombres y rara vez tocan el tema de cómo seducir mujeres. Si lo hacen, es seguido de un segmento de autos, fútbol o babosadas de esas que también responden a lo adscrito, pero ya habrá un hombre que escriba un blog al respecto. Por mi parte quiero hablar de algo que viví muy cercano a mí.

Una mujer, rebasando los veinticinco. Una mujer que tenía todo lo que una muchacha de esa edad podría desear. Independiente, con trabajo fijo y buen sueldo. Con un cuerpazo (digo, si vamos a hablar de pendejadas importantes); con cientos de seguidores y amigos en Facebook que lo único que querían era una noche, tarde o minutos en un bar con ella; con casa propia y sin deudas;  un buen día, (o uno malo, según como se quiera observar), se enamora.
No juega el "Love Game", como diría Lady Gaga, se entrega por completo, cambia de camiseta y como le queda grande decide engordar. Jajaja no es cierto, pero bueno quería decirlo.
No engorda, se mantiene esbelta, pero deja de lado todo.
Se olvida de que ella existe y se convierte en un brazo extra de su novio. (Es una historia o mejor dicho histeria real. Yo también me he convertido en el brazo de otro hombre, uno que ni siquiera necesitaba pues ya tenía dos).
Se olvida de ella y de pronto lo que a el le gusta es lo que a ella le gusta, aunque jamás lo hubiese sabido antes. Su música favorita se vuelve su favorita; sus palabras se vuelven su jerga y  se peina justo como él se lo exige. Los únicos sueños que ella posee son los que comparte con ese hombre.
¿Dónde quedó ella? Quizá nunca hubo un ella, estaba tan vacía que deseaba que alguien llenara a rellenarle los huecos.
Yo he estado tan desesperada por aprecio y aprobación que me he dejado de lado. Igual que la mayoría de ustedes. Gracias al Dios Freud, he podido recuperarme.

Es tan fácil caer en eso, pero sobretodo entre nosotras las mujeres. Dejarnos de lado porque llega el hombre y él merece el lugar principal.
No estoy hablando de nuestras abuelas, de nuestras madres o tías, estoy hablando de nosotras, de mí generación. La cosecha del 82, una de las mejores.

Lo entrega todo porque todo se le ha dado, pero ¿qué es ese todo?
No estar sola, estar aceptada por ese hombre "único"
Se mamá "porque eso es lo mejor que te puede pasar en la vida"
Discúlpenme, pero para mí, lo mejor que podría pasarme es ser premio Nobel y vivir de escribir todos los días; no cambiar pañales y preocuparme porque las monedas no alcancen para su educación.

Las mujeres, en nuestra mayoría, nos arreglamos para gustar. El espejo nos dice "Sí, yo creo que sí te aceptará" y vamos directo a la pista de baile, donde podamos contonear nuestras caderas y recibir un montón de elogios.
"Yay! nos aceptaron". Qué babosada. Digo, es real, yo la he vivido, pero really?
No te pones la mini falda porque crees que tus piernas son bonitas, sino porque crees que tus piernas son bonitas te pones la minifalda, pues así podrás conquistar a algún hombre que te diga que eres lo máximo y entonces al final te la creas, porque solita no lo puedes creer.
Es cierto que al vivir en sociedad, de alguna manera el humano busca ser aceptado, pero caer de esa manera?

Avanzamos tanto: podemos votar; al menos ante la ley (escrita) somos iguales al hombre; podemos estudiar una carrera y decidir sobre nuestro tiempo reproductivo; podemos usar pantalones y ser jefes en una fábrica; podemos irnos a vivir solas; tener tantos compañeros sexuales como deseemos. Podemos cortarnos el pelo y no usar maquillaje. Podemos decir abiertamente que nuestro color favorito es el azul y ser madres solteras si lo queremos. Podemos fumar en público y hacer el trabajo que antes sólo realizaba un hombre.

Podemos hacer tantas cosas nuevas y queremos seguir haciendo las viejas. Y no sólo eso, juzgamos a las que desean realizar lo recién alcanzado: nunca casarse, no ser madres, tener sexo casual, ser adictas al trabajo; criticar a las que usan maquillaje, a las que no están a la moda, a las gordas que no se cuidan y a las que disfrutan no seguir los estándares de belleza. Reprochamos a las que deciden realizar roles "más masculinos" y nos enoja que alguien diga que no quiere ser madre nunca y que le gusta la solteria.

No es que yo piense que todas deben ligarse las trompas, pero si alguien quiere tener un hijo, si alguien quiere casarse, que lo haga por convicción propia. Afuera hay tantas opciones, no les teman.

No pasa nada si te quedas sola. Si es por el instinto sexual, todas podemos coger, no se necesita novio o marido para ello, pregúntele a los sacerdotes.
No pasa nada si un hombre no te aprueba.
Mi bisabuela decía que una como mujer tenía que elegir entre los que la elegían a uno. ¿Por qué elegir? No es necesario.
Digo, enamorarse está bien lindo, es maravilloso, sobretodo si es correspondido, pero y qué? qué si nunca alguien nos quiere como queremos que nos quieran? para eso estamos nosotras.

Leonora Carrington le dijo una vez a Remedios Varo que para hacer el amor no necesita a ningún hombre, sólo su mano derecha.
Yo la secundo y se la beso.

Si bien en esos programas radiofónicos sólo nos enseñan cómo hacer al hombre desorbitar sexualmente, y cómo complacernos a nosotras mismas (porque el otro no puede), pues para qué quieres al otro? digo al menos en el intercambio de fluidos.

No descifro cómo, ante tantas opciones, nos vamos a las que todas nuestras antepasadas tomaron. ¿Estámos realmente convencidas de que las queremos?

Cuando la gente me dice: "No entiendo por qué no quieres tener hijos, si te llevas tan bien con tus hermanos y tienes una familia tan bonita"
Bueno, la experiencia no es suficiente, puesto que hay gente que decide procrear como si no hubiera mañana y provienen de familias disfuncionales.

Yo sólo creo que una debe hacer lo que una quiere, no lo que la sociedad, tus padres, amigos, hermanos, novio o esposo, espera que una haga.

Si yo hubiera seguido los pasos de mi madre y me hubiera casado con mi primer novio, qué dios me bendiga.
Si yo hubiera seguido los pasos de mi abuela y tuviera ya 4 hijos, qué dios me perdone.
Si yo hubiera seguido los pasos que la sociedad exige a las mujeres de mi edad, qué dios me mate.

Hagan lo que quieran. Que tengan matriz no significa que tengan que usarla.
Que le gusten a uno no significa que te tiene que gustar.
Que estés enamorada no significa que te tengas que renunciar.
Elije!

El amor es hermoso, pero no te tiene que manipular.
Aunque sea una frase muy estúpida que yo odio, hay algo de verdad: Quiérete primero para que puedas querer a alguien.
Si tu amor propio se basa en lo que el muchacho que te gusta diga de tí, amiga estás frita, qué vas a hacer sin él?
De alguna manera ser mujer es como ser joven, hay que ser irreverentes.

P.D.-Por eso amo a Carmen Aristegui, porque ella nunca habla de rosaduras, de marcas de pañales, de cómo gustarle a los hombres ni los pasos que una mujer tiene que seguir.

2 comentarios:

  1. AMÉN!
    Me gustó muchisimo! me sentí plenamente identificada con muchas cosas que dices sobre todo lo de la maternidad y matrimonio. La verdad es que no todas estamos llamadas a esa vida, por más que la presión social o familiar nos tenga de un huevo. <3<3<3<3<3 amé tu escrito.

    Cuando puedas le echas un ojo a esto, me recordó mucho al tema. Lo escribí uno hace algún tiempo y el otro hace no tanto.
    beshotes, me encanta leerte.

    http://sindromedeparis.blogspot.com/2011/06/rehusando-mi-mision.html

    http://elmaldeparis.blogspot.com/2007/05/from-feminism-to-myself.html

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  2. Yo también solita estoy y no sé si solita quiero estar. Pero coincido que una se tiene que completar en soledad, tiene que encontrar la razón de ser fuera de una pareja o hijo. Creo que encontrar la razón de ser en la familia es el camino más fácil y accesible, por eso tanta gente lo sigue haciendo.
    Carmen Aristegui no habla de esas cosas porque es torta como yo, jajaja. Buenísimo Tani, un abrazo!

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